UNIVERSIDAD Y CALIDAD
Ningún gobierno puede conducirse con los arrebatos de una minoría anárquica |
Hace unos días se dio a conocer, el
ranking de las 50 mejores Universidades latinoamericanas donde nuestro país
ocupó el segundo lugar, con 11 Universidades dentro del total, que abarcó desde
México al sur.
El ranking, publicado por el centro
inglés Times Higher Education se desarrolló adaptando el ranking mundial, de
manera de destacar las diferencias de nuestro subcontinente, y abarcó 13 factores
evaluados de manera de tener una metodología objetiva para elaborar esta
publicación.
De
esta manera, indicadores como investigación, publicaciones, proporción
entre alumnos y personal, grado académico de sus docentes, citación
internacional de publicaciones propias, patentes industriales, y otra serie de
factores, permitieron determinar la calidad de los centros universitarios.
Jubilaciones millonarias y fugas en
el SENAME, hicieron que una noticia de tan fuerte impacto, no tuviera la
resonancia debida en un país donde hace más de una década seguimos discutiendo
sobre calidad, universalidad y estatismo en nuestro sistema de educación
superior.
Estos resultados,
contradicen dramáticamente el discurso oficial del gobierno, en el sentido de la
urgencia de reformar el sistema universitario y la perorata a que nos tiene
acostumbrada la dirigencia estudiantil, que exige cambios pero no saben a
dónde, ni cómo, ni menos por qué.
Nosotros, lo simples ciudadanos que
debemos financiar con nuestros impuestos y la postergación de otras prioridades
sociales, los berrinches estudiantiles y la ineptitud de la clase política,
debemos informarnos al menos de lo siguiente:
- 23 de las mejores 50 universidades de Latinoamérica son brasileñas, es decir, casi un 50%, lo cual parece corresponder al tamaño y riqueza de este país,
- 11 de las mejores 50 universidades de Latinoamérica son chilenas, lo que corresponde a un 25% del total, lo que supera con creces la importancia y tamaño relativo de nuestro país en el subcontinente,
- Finalmente, de las 11 universidades chilenas que aparecen en este ranking, 7 son privadas, así como escucha, privadas, y solo 4 estatales
Cuando apoyamos el cambio del modelo
universitario en Chile nos estamos refiriendo a aquellos factores del sistema,
que son un obstáculo para su crecimiento y desarrollo.
Por eso, no es necesario refundar un
modelo, refundar la sociedad, refundar la patria que es a lo que nos quieren
llevar o por lo menos, hacernos creer que hace falta.
Y las explicaciones están por el lado
de los promotores de este cambio, traducido en un proyecto de ley que
no conforma a nadie, ni siquiera a sus partidarios.
¿Porqué debemos cambiar radicalmente
algo que ha vista del mundo sí está funcionando? Porqué la calidad en la
Universidad Federico Santa María, Diego Portales, Austral de Chile, Católica y
hasta en la Universidad del Desarrollo ,al parecer sí existe.
La pregunta es: ¿porqué en la
Universidad de Tarapacá o la Universidad Arturo Prat no existen elementos de
calidad que sean reconocidos por sus pares?
Porque les contaré que en este ranking no aparecen ni en las tapas dichas universidades, cosa que por lo demás, ya sabíamos al constatar la calidad de sus directivos.
Porque les contaré que en este ranking no aparecen ni en las tapas dichas universidades, cosa que por lo demás, ya sabíamos al constatar la calidad de sus directivos.
Un verdadero sentido reformador de un
mal sistema debe ser oportuno, en este caso, también financiable, y por sobre
todo, debe ser construido sobre las bases en que se ha desarrollado y ganado
prestigio.
Yo quisiera que con los mismos
recursos, la misma preocupación y la misma prioridad con que se trata a la
Universidad de Chile se tratase a la Universidad de Tarapacá, sin que ello
menoscabe ni la oportunidad, ni las diferencias naturales de las Universidades
privadas, que día a día demuestran su aporte.
Esto que es políticamente incorrecto
es socialmente necesario.
Existen otros factores que son
comunes en el éxito de estas 50 universidades: la alta inversión en
investigación y desarrollo, un alto aporte estatal en relación al PIB, y una
selección rigurosa y de alto estándar de sus estudiantes.
Claro, porque la única receta para el
éxito sigue siendo un 90% de transpiración y un 10% de inspiración. Yo agregaría, al menos 1% de un buen
gobierno.
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