viernes, 19 de agosto de 2016

Columna emitida del 18 al 21 de 08/2016


GOLPEADORES Y GOLPEADOS

Diputado DC Ricardo Rincón se suma a la lista de cobardes Agresores que se ocultan aprovechando la complicidad de hombres y mujeres que deberían enfrentar con mayor decisión esta patología de la violencia.
Me resulta inevitable referirme a este tema dado las noticias con aires de escándalo en que se sumen nuevamente algunos políticos o aspirantes a serlo.

Leer la crónica periodística publicada en el diario el mostrador por la periodista Claudia Urquieta sobre la violenta agresión cometida por el diputado democratacristiano Ricardo Rincón contra su pareja, resulta estremecedor.

Este delito macabro, de golpear irracionalmente a una persona, debió ser castigado por la justicia en su momento como homicidio frustrado y no como violencia intrafamiliar.

Cada vez que un agresor agrede de esta manera, lo hace sin considerar límites de gravedad de sus acciones y si no fuera por un mínimo de condición humana, conciencia o probablemente vergüenza por la acción que comete, estamos frente a un ataque a la integridad de las personas que pone en riesgo sus vidas.

Golpeadores de todas las calañas deben ser expuestos, sus conductas repudiadas sin consideración alguna y siempre sancionados social y legalmente por una acción que no admite segundos discursos, explicaciones ni arrepentimientos posteriores.

Nuestra sociedad está llena de personas que independiente el motivo –eso que se lo expliquen al psiquiatra- agreden violentamente en los hechos a sus parejas, o a terceros, con la diferencia que los primeros lo hacen amparados por las paredes de su casa y casi siempre con la complicidad silente de su entorno familiar.

Miren ustedes a las hermanas Rincón –ministra y periodista- que en esta procesión no tienen culpa sin embargo han sido arrastradas a este lastimoso tema, quizás también por pontificar sobre cada tema y sobre otras personas. Sin embargo callaron.

Las golpeadas y también golpeados, son víctimas pero dejan de serlo cuando se inhiben de defenderse por los medios que les asiste la ley o la urgencia de esta violencia. Si no actúan ellos que son víctimas, el golpeador repetirá esta misma acción con otras personas, casi siempre, desvalidas o desprevenidas ante tanta vileza.

La política es una actividad humana como cualquiera otra. La violencia intrafamiliar, o la violencia sin apellidos como ya hemos dicho, no es propiedad exclusiva de quienes se dedican a esta actividad. Sólo que con ellos tenemos la ocasión de exteriorizar un problema que se encuentra arraigado aún en nuestra cultura.

La violencia contra la mujer o contra la pareja, es pan de cada día en distintos sectores y segmentos sociales.

Por ello y para que esto de una vez por todas acabe, es que no podemos aguantar que quienes se erigen como líderes de opinión o candidatean como futuras autoridades, ostenten en su curriculum esta medalla de crueldad.

Esta será una materia a la que llamaremos a rendir cuentas hoy que es época de elecciones y estaremos prestos a participar como equipo en cualquier acción que colabore con la prevención y denuncia de esta costumbre cavernaria, que aún practican algunos como si eso los hiciera más varoniles o más mujeres.

Porque la violencia, el golpeador, el cavernario no distingue de género.

No hay comentarios:

Publicar un comentario