miércoles, 24 de agosto de 2016

Columna emitida del 22 al 25 de 08/2016


EL CASCABEL AL GATO:
TRÁNSITO EN LA CIUDAD

La municipalidad debe crear una fiscalía especial para perseguir a infractores hasta estar completamente seguros que estos salen de circulación o arreglan definitivamente las situaciones de riesgo

No pasa una semana sin que los titulares de noticias no nos informen sobre accidentes de tránsito producidos, siempre, en los mismos sectores de nuestra ciudad.

Si tuviésemos a mano la estadística de las calles de la muerte –que debe estar en el escritorio de más de alguien agarrando olor a encierro- podríamos confirmar lo que para el sentido común es un hecho irrefutable: Existen cruces de calles, avenidas y en general calzadas de sectores de Arica, cuyo diseño, mantención o señalética, están provocando la ocurrencia de accidentes periódicos.

Todo ello sumado a conductores que al parecer sacan sus licencias en rifas, pues todos estos accidentes, o su gran mayoría, corresponden a responsabilidad de quienes conducen. Aunque no vamos a negar el aporte de peatones distraídos o temerarios.

No podemos llenarnos de leyes para la solución de cada aspecto de nuestra vida. Ese es un simplismo de aspirantes a políticos que en cada oportunidad proponen una nueva ley o cambiar las que existen, que ya no resisten más enmendaduras.

La solución debe ser abordando dos dimensiones del mismo problema.

La primera es una solución práctica, es decir, identificados los riesgos, planificar su eliminación o control según sea el caso. Esto en materia de obras físicas o de intervenciones tecnológicas, las que deben incluir por cierto, los llamados lomos de toro, que dado el sentido de urgencia actual debe ser incluido como paliativo aunque en sí mismos constituyen un riesgo adicional.

La segunda debe ser un conjunto de medidas en el ámbito cognitivo. Debemos reeducar a nuestra población en materias viales pero principalmente de respeto a la vida, de defensa a la integridad de las personas. Una obra de largo aliento y que seguramente más de alguno considerará extemporánea sino impracticable para autoridades desechables, esas que duran un periodo presidencial, o mucho menos.

Y ya que hablamos del rol de las autoridades, aprovechemos de entregar algunas ideas que comentamos en el café de la esquina y que seguramente provocarán una risita incomoda en más de alguno.

Se deben licitar las calles para la movilización colectiva de manera de terminar con esta selva en que están transformadas. Deben retirarse de circulación vehículos que ciertamente no cumplen con normas mínimas tanto para sus propios conductores como para los peatones.

Se deben iluminar y señalizar de manera eficiente calles y avenidas y exigir a quienes correspondan, la formación de equipos de transito de respuesta inmediata, para acudir preventivamente a lugares sub estándar.

Se debe reordenar la circulación de camiones y transporte de carga pesada: no deben circular por calles menores, céntricas, por espacios peatonales ni por áreas con colegios o servicios hospitalarios.

Finalmente propongo que la municipalidad cree una fiscalía especial para perseguir a infractores hasta estar completamente seguros que estos salen de circulación o arreglan definitivamente las situaciones de riesgo.

En época de promesas electorales y candidatos con sonrisa fotográfica, unas propuestas extras no están demás.

Ni de menos cuando realmente se tiene interés en abordar una materia, que es verdaderamente de salud pública.

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