DELINCUENCIA EN ARICA
La sociedad ha fracasado en materias de prevención y castigo de delitos |
Los delitos en Arica han bajado, o no han bajado pero
están controlados, o no están controlados, no han bajado pero vamos bien, o
algo por el estilo.
No entiendo mucho cuando los balances de los responsables
de la seguridad pública resultan un tanto ambiguos.
Eso es lo que me provocan
los resultados del año 2015, dados a conocer esta semana por la Policía de
Investigaciones en nuestra ciudad.
Cosa aparte es el reconocimiento que me provoca el evidente
perfeccionamiento y desarrollo de la policía civil en estos últimos años, y lo
cierto, que en este mes de su aniversario, todos debemos sentir satisfacción por
su calidad institucional.
Pero otra cosa son los discursos armados para la ocasión.
La estadística comparada entre los años
2014, 2015 y el primer trimestre del 2016, muestra una oscilación del 30% en el número
neto de delitos de mayor connotación social, esos son: robos de todos los
tipos, hurtos, lesiones, homicidios y violaciones.
Es una estadística muy sui generis pues si la comparamos
con otras mediciones en ámbitos sociales, lo esperable o predecible, es que
exista una curva de mejoramiento continuo y no estos quiebres bruscos entre un
año con tasas positivas y otro cuyos incrementos son completamente negativos.
Y
es que si bien la estadística de este primer trimestre es móvil, por tanto
representa una fracción del año calendario, bien podríamos aceptar la tesis de
que en materia de crímenes graves hacia las personas o sus bienes, nada bueno
se viene para esta Arica nuestra.
Hay que ver el vaso medio lleno y no medio vacío, es una
expresión de moda que se repite cada vez que uno manifiesta una duda, una
interrogante, un disenso, por mínimo que sea.
Desde la perspectiva de la psicología del optimismo, esta expresión visualiza los problemas como oportunidades y permite establecer una perspectiva siempre positiva como método de enfrentar las distintas situaciones de la vida.
Nos llama a aceptar la realidad como nuestro punto de
partida, aunque esta se encuentre colmada de aspectos negativos.
A separar lo malo de lo bueno, para analizar el problema con mayor objetividad, obviando que la dialéctica propia de los hechos solo permite acercarnos un poco a ella.
A separar lo malo de lo bueno, para analizar el problema con mayor objetividad, obviando que la dialéctica propia de los hechos solo permite acercarnos un poco a ella.
Así, la visión
optimista de los responsables de la seguridad pública o ciudadana, ha permitido
conseguir metas pero no objetivos, confundiendo desde mi opinión, los
resultados con las consecuencias.
Podrán ser sólo sensaciones que no se correlacionan con
el sinnúmero de informes, simposios, congresos y discursos que indican que la
batalla contra la delincuencia la estamos ganando, o en el peor de los casos,
la ganaremos.
Tal vez eso es cierto y dificulto que exista alguien,
aparte de los propios delincuentes, que apueste y quiera que pase lo
contrario.
Pero la sensación de lo que pasa en distintos sectores de
la ciudad, contraría dramáticamente los canapés y pisco sour de la celebración.
Ya son muchas las poblaciones y los sectores de Arica
enfrentados diariamente a un tipo de delincuencia que no terminamos de entender
porque muta, porque se sumerge, porque se aprovecha de coyunturas, de
experiencias, de malos diagnósticos.
Decir que la delincuencia está controlada a los vecinos
de población cerro chuño, nueva esperanza, los industriales o calle Maipú en pleno centro de
la ciudad, es una afirmación al menos, riesgosa.
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