viernes, 30 de septiembre de 2016

Columna emitida del 28/09 al 05/10 de 2016

ENCUESTA CASEN:
RADIOGRAFÍA DE UN PROBLEMA

El ingreso familiar promedio aumentó en los últimos tres años en sólo 13 mil pesos.
Era bastante sospechoso que a casi un año de realizada la encuesta CASEN, el gobierno mantuviera sus resultados en reserva. 
La verdad es que desde hace un tiempo, sospecha es la palabra adecuada para expresar las dudas que tenemos todos los chilenos respecto del actuar del gobierno, y de muchos políticos o de aspirantes a serlo.

¿Pero qué es la encuesta CASEN y por qué debemos prestarle atención?

Es un instrumento de medición estadística que busca describir, o caracterizar como su nombre lo indica, el desarrollo social y económico en el país, en períodos de tiempo determinados de manera de poder comparar un bienio respecto al anterior. 
De esta manera, una política implementada por el gobierno militar desde 1987, es hoy usada y explicada por el ministro comunista a cargo del ministerio de desarrollo social.

Para la anécdota quedará la relatividad de los principios revolucionarios, esos los comentaremos otro día.

En definitiva la encuesta CASEN, mide la eficacia de las políticas públicas y la gestión con las que los encargados de ejecutarlas, en este caso el gobierno de la presidenta Bachelet, cumple las metas autoimpuestas, especialmente aquellas que guardan relación con la lucha contra la pobreza, una maratón eterna donde pareciera que alguien nos va corriendo la meta.

Y bueno, para deleite de los mal pensados, esta tardanza en entregar las cifras no fue casualidad.

Refleja la actitud de un Ministerio de Desarrollo Social que nos niega la posibilidad cierta de comparar objetiva y de manera oportuna esta medición del 2015, con la del año 2013, y todas las anteriores, pues la fotografía que sacaron, ya tiene 1 año de retraso.

Paso a explicarme.

Desde que se tomaron los datos de la encuesta, todos los indicadores relacionados se han deteriorado, lo que en mi opinión pone en serio cuestionamiento la afirmación de Barraza el ministro, quien señaló que el escuálido 2,2% de reducción de la pobreza, marcaba una “tendencia” positiva en el camino correcto.

Con razón la Universidad Arcis cuya directiva el integró, terminó quebrada, con sueldos impagos y con cientos de alumnos tomándose la sede del partido comunista en Santiago. Al ministro le resultan los números pero le falla la interpretación… es como el artista que canta bien pero se oye mal.

Lo que no señaló el gobierno, es que si seguimos por este camino la derrota a la pobreza nos llevará 200 años más.
No puede haber camino correcto cuando las cifras de desempleo aumentan y no disminuyen. 
Cuando el gasto fiscal aumenta como lo ha hecho, como medida de reactivación económica.

No puede haber camino correcto cuando el país apenas crece de tal suerte que la discusión entre economistas es hoy si entraremos o no en Recesión técnica, lo que sería la guinda de este pastel.

De qué camino positivo habla este ministro cuando la misma encuesta señala que los más pobres de este país recibieron en los últimos tres año menos subsidios del Estado y al revés, los ingresos iguales y superiores a 1 millón 200 mil pesos mensuales recibieron mas subsidios que en los últimos 10 años. 

O sea, estamos frente a una administración  que ni siquiera es capaz de gestionar bien el discurso.

Cuando el ingreso familiar promedio aumentó en los últimos tres años en sólo 13 mil pesos, tenemos no sólo el derecho a reclamar sino la obligación de decir basta, porque con tasas de crecimiento siempre decrecientes, el país, en materia económica y de derechos sociales, al menos, involuciona.


Yo creo que el ministro Marcos Barraza es ateo o sordo, porque de otra forma entendería que la voz del pueblo es la voz de Dios.

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