viernes, 9 de septiembre de 2016

LOS RIESGOS DEL PLADECO ARICA

Saque usted la cuenta en qué se transforma campo para pastoreo y siembra de trigo, cuando se empieza a urbanizar con destino habitacional, comercial, de oficinas, producto del cambio de uso de suelo de un PLADECO
Hace algunos años atrás, en Osorno se cambió el plano regulador de la ciudad, siguiéndose la metodología y los procedimientos legales y habituales para estos efectos.

De esta manera, pudo actualizarse toda la trama urbana que ha permitido por ejemplo, solucionar problemas de congestión vehicular, de reordenamiento de los espacios públicos, de incorporación, ampliación y en algunos casos restricción de usos de las distintas áreas del plano de la ciudad.

Son procesos necesarios y que periódicamente deben seguir las grandes ciudades, de manera de tener un crecimiento –en muchos casos permitirlo- y desarrollo acorde. 

Claro, los problemas de tránsito en Arica de hace 20 años no son los mismos que se producen actualmente.
Existe un aumento del parque automotriz, nuevas normativas y regulaciones, hasta nuevas actividades económicas que se desarrollan y que van exigiendo de las ciudades condiciones que eventualmente no se consideraban.

Son procesos normales y para Arica esta no es una excepción, por el contrario, un nuevo Plan Regulador Comunal permitirá poner al día la normativa armonizándola con las exigencias del desarrollo, pero también con las de la población, que también pide mejor calidad de vida.

Pero se corren riesgos, que no por ocultarlos o no discutirlos dejan de existir.

Riesgos que a algunos afectan y que a otros benefician, como a mi amigo en Osorno que vio como este proceso de plano regulador, le permitió incorporar 40 hectáreas agrícolas de su propiedad al uso urbano.

Saque usted la cuenta en qué se transforma campo para pastoreo y siembra de trigo, cuando se empieza a urbanizar con destino habitacional, comercial, de oficinas, etcétera.

Por eso es que me pareció adecuado llamar la atención sobre lo que eventualmente pueda suceder con este nuevo plan regulador, y que quede claro que no estoy adjudicando ninguna mala práctica o negocio escondido en él, no es mi estilo y lo creo de instituciones que efectivamente funcionan.

Pero me preocupa por ejemplo, que se incorporen nuevas áreas de urbanización en sectores de riesgo de inundación.

Si la ciudad sigue creciendo hacia el norte, no sólo terminaremos en la Caplina sino que seguiremos construyendo miles de departamentos y casas en zonas donde existe más que evidencia que son un riesgo para cualquier persona.

Son terrenos prácticamente en cota cero, de bajísima calidad fundacional, pero principalmente, zonas abiertas a Tsunamis y si hay algo que es completamente cierto, una verdad indesmentible, es que Arica tendrá un terremoto y un tsunami de aquellos, sólo falta conocer la fecha.

Ampliar la urbanización por ejemplo hacia los valles implica invadir irremediablemente el escaso y valiosos terreno agrícola lo que es un pecado, además de arremeter contra los acuíferos que dan vida, nutren y de los cuales dependemos.

Cierto es que en el caso de muchos propietarios que viven en Azapa, se les solucionaría un problema mayúsculo con respecto al tamaño de la propiedad y sus subdivisiones, pero más que arreglar un problema de personas que desde el inicio sabían que la propiedad no podía ser menor a determinado metraje, deberíamos preocuparnos del bien general.

Entonces cual es la solución.

No la sé específicamente, pero me atrevo a pensar que esta debe ir asociada al tipo de construcción, la densidad y ocupabilidad de la misma sin tener que seguir sacrificando comodidad y espacios por supuesto.


Recetas deben existir y muchas, lo importante es tenerlas claras antes que el paciente fallezca del mal que tiene.

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