CHILE: CON EL FAVOR DE DIOS
La diputada Vallejos –icono del neo comunismo a la chilena y diputada protegida por la Nueva Mayoría en La Florida- viene a resolver un tema de fondo. |
La señora Camila Vallejos,
diputada por el distrito de La Florida, presentó la semana pasada, una
importante moción parlamentaria que viene en mi concepto, a clarificar la labor
que cumplen nuestros congresistas como representantes de un electorado que por
definición, delega de buena fe la soberanía popular.
En este proyecto de ley, se
plantea el cambio de una solemnidad que ha acompañado a nuestro Congreso
Nacional desde sus inicios, hace ya 205 años, consistente en la invocación a
Dios cada vez que se inicia una sesión parlamentarias o comienza el trabajo de comisiones.
Esta moción que espero se
transforme en ley de la República, no solo me parece adecuada y pertinente,
sino que además constituye una delicada pieza de referencia histórica, al
resumir breve pero coherentemente, el contexto temporal en que se funda dicha
iniciativa legal.
La diputada Vallejos, plantea
que debe corregirse este –dice ella- Anacronismo en que por más de 110 años ha
incurrido el Poder Legislativo.
Se refiere el invocar a Dios, reafirmando con
este cambio que nuestro Estado es Laico y que no requiere de divinidades, que
entre paréntesis son favorecidas en desmedro de otros dioses o profesiones
religiosas, sin indicar por cierto, cuáles serían ellas.
Pues bien, de acuerdo a lo
que dice la señora diputada, con esta costumbre se afectan principios tan
básicos como la Tolerancia, la Libertad de Culto, y por si fuera poco, la
debida independencia de la Iglesia y el Estado, que según también se concluye,
se encuentra en entredicho por esta frase inicial de “por Dios y la Patria”.
En lo que a mí respecta
-católico, apostólico y romano- pueden eliminar estas y todas las solemnidades
referidas a Dios, pues desde mi perspectiva desde hace muchos años, -quizás
desde siempre- han sido solo costumbres huecas, repetidas sin significado real,
sin la importancia que se le supone y que se merece.
Coincido con la diputada Vallejos
en esta moción, pero no en el fundamento que invoca para presentarla.
En ese sentido me quedo con la
cita incluida en el mismo proyecto, de don
Luis Emilio Recabarren, fundador del partido comunista chileno,
agnóstico y anti balmacedista, que tal como cita la diputada expresa su
oposición a jurar por Dios, porque con ello engañaría al Congreso, a su
conciencia y a sus electores.
Ese es el punto.
Los parlamentarios que
profesan una creencia religiosa -principalmente cristiana o judía- engañan y
mienten al presentarse como hombres de fe y actuar de manera desalmada.
No
existe consistencia entre alguien que profesa la fe cristiana por ejemplo, y la
transgresión a principios fundamentales como el Derecho a la Vida, puesto en
tabla y apoyado incluso, por quienes profesan activamente un carisma de fe.
La diputada Vallejos –icono del neo comunismo a la chilena y diputada protegida por la Nueva Mayoría en La
Florida- viene a resolver un tema de fondo, quizás sin proponérselo, y es el de
sincerar de una vez por todas, el discurso con los hechos, la acción con el
pensamiento, la consecuencia con la simple estrategia electorera.
No se confundan, no quiero
decir que deban votar según les indica su cura, su pastor o el rabino, nada más
lejos de aquello.
Me refiero a la consecuencia
que debe existir sobre cuestiones de principios, en que debe prevalecer la
moral de su propia fe y no la moral secular, afecta a contingencias, o a mayorías
circunstanciales. Lo esperable, apropiado y consecuente es que quien se declaró
hincha de la universidad católica no aparezca mañana como hincha del Colo- Colo.
Bueno, eso ya ha pasado,
pero todo parecido es simple coincidencia.
¿Si usted elige a un
diputado que es católico o a un concejal que es evangélico, puede entender que
estos voten a favor del aborto en Chile o a la matanza indiscriminada de perros
vagos por ejemplo?
La fe es un don que llega en
el momento justo, ni antes ni después.
Sólo me consta que es como
el oxígeno, no la vemos, pero sabemos que está ahí.
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